IRIB – El ministro libio de Asuntos Exteriores anunció el inicio de pláticas para formar un gobierno de unidad nacional en el país norteafricano.
Mohamed Dayri advirtió de que el futuro gobierno de unidad nacional tendrá muchos problemas por delante, entre los cuales mencionó retos de seguridad, lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y el retorno del gobierno a Trípoli, capital oficial de Libia.
Entretanto, de las obligaciones más importantes del futuro gobierno también forman parte la obtención del visto bueno de los grupos armados libios que mantienen el poder en el oeste y el este del país, así como la reconstrucción del Ejército nacional.
Tras meses de intensivas negociaciones, los grupos rivales libios lograron, el pasado17 de diciembre en la localidad marroquí de Sjirat, un acuerdo de paz para formar un gobierno de unidad nacional.
Ahora, en los círculos políticos de Libia, mencionan a Fayez Sarraj como primer ministro del gobierno de unidad, cargo que asumirá desde mediados de enero de 2016.
En el viaje no anunciado de Sarraj a Italia, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, prometió cooperación y ayuda al nuevo gobierno libio y que su Gobierno asumirá el liderazgo del grupo internacional de reconstrucción y paz en el país africano.
A juicio de los observadores, en condiciones en que el pueblo libio espera la subida al poder del nuevo Gobierno con la presencia de todas las tendencias políticas y partidistas, el apoyo de la comunidad internacional a este Ejecutivo será indudablemente determinante y efectivo.
Aun así, el pueblo y el Gobierno de transición libios deberían mantenerse alerta respecto a la intervención de las potencias extranjeras como Italia en los acontecimientos de su país. Sobre todo porque Libia formaba parte de las colonias de Italia hasta 1947. Y lo seguro es que el pueblo y los políticos libios recuerdan las experiencias del dominio de los ex colonialistas europeos.
Mientras tanto, continuar combatiendo al grupo terrorista Daesh para acabar con su presencia en Libia, sería una de las responsabilidades más importantes del gobierno de unidad.
Muchos analistas sostienen que el riesgo y el temor por el avance de Daesh en el país norteafricano fue una de las principales razones que convenció a las agrupaciones rivales libias para que acordaran crear un gobierno de unidad nacional.
También las fuerzas populares libias han entrado en el campo de batalla para evitar la extensión de la influencia del terrorismo bajo cobertura del EIIL. En la ciudad de Ajdabiya, bastión de ese grupo, se han formado en los últimos días fuerzas populares que, con la cooperación del Ejército, se encuentran combatiendo a los elementos de Daesh.
Parece ser que los libios, siguiendo el ejemplo de la experiencia de la cooperación de las fuerzas populares con en el Ejército en Irak, están seriamente decididos a desalojar a Daesh de su país.
Asimismo, el respaldo de los vecinos de Libia al gobierno de transición liderado por Fayez Sarraj, sería de suma importancia en el futuro de Libia.
Egipto, Túnez y Argelia, que comparten fronteras con Libia, deberían tratar de desempeñar un papel más efectivo en el restablecimiento de la seguridad y estabilidad en ese país, toda vez que seguridad y paz en Libia se traduciría en la estabilidad de los Estados norteafricanos.