Solo los gobiernos de Irak y Siria, a los que más tarde se unieron Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y la Autoridad Palestina, celebraron ayer el acuerdo alcanzado entre Irán y la comunidad internacional para solucionar el contencioso nuclear. El silencio de los pesos pesados árabes como Arabia Saudí, Egipto e incluso Catar, resulta significativo aunque no constituya una sorpresa. Tras actuar durante años como baluartes frente al expansionismo de Teherán, ahora temen que su rival político salga beneficiado a sus expensas…